Este verano me levanté temprano y después de venir de echar una “carrerita", él estaba en el huerto y todo el mundo estaba dormido, me acerqué para ver lo que estaba haciendo. Estaba quitando hierbas y pequeñas plantas que habían nacido alrededor de un bonito jacinto. La planta estaba sola en un gran espacio que sólo a ella correspondía. Habían caído semillas de otras plantas y a su alrededor aparecían nuevos brotes. Le pregunté la razón para quitarlas, pues algunas eran realmente hermosas, su respuesta fue que las otras plantas dificultaban el crecimiento y el desarrollo en las mejores condiciones, pues la quitaban alimento y sobre todo la afeaban. El jacinto estaba realmente precioso.
Cerca de esta planta hay un muro con un montón de plantas donde se colocan un sinfín de herbáceas. Le pregunté que si en esa parte no quitaba las malas hierbas (en botánica no existen las malas hierbas), ya que algunas eran las mismas que en el otro lado pues habían caído semillas allí mismo. Su respuesta fue que ese espacio era un sitio en el que él había echado semillas de muchas variedades, incluso algunas raras o que no sabía exactamente que eran, y las había dejado crecer de una forma más anárquica y desordenada (bueno realmente dijo “como se las pusieran en los cojones”, pero esto no lo puedo poner).
El otro día en una reunión del comité de un foro al que pertenezco se habló de la importancia de los mandos medios y de la necesidad de crear una escuela para ese tipo de función, posiblemente una de las fuerzas más importantes en una empresa, sobre todo si se la deja crecer.
Si el jefe de una empresa corta la hierba a su alrededor para ser la más bonita y ser ella la de mayor producción, consigue eso; ser la más bonita, tener que ser la de mayor producción y no tener a nadie alrededor (y los que estén solo lo estarán para seguir embelleciendo la planta principal). Esta opción es válida tanto en el jardín como en la empresa, claro está, y la estrategia seguida por el director del equipo incuestionable, él decide.
Yo, personalmente, animo a que se deje crecer la hierba alrededor “como se la ponga en los cojones”.