En el marcado y circunstancias de hoy día, el precio del producto es muy importante, es más, el marcado de Internet ha penetrado realmente en la sociedad y es fácil obtener un producto y un comparativa de precios para escoger el más económico sin demasiado esfuerzo. La competición está abierta y es y será peor aún. Es muy difícil sobrevivir si una empresa no es verdaderamente eficiente ( produce el máximo con el esfuerzo realmente justo) a no ser que nuestro producto sea realmente único, exclusivo y diferenciador, en definitiva que no se pueda comparar y que sólo nosotros podamos ofrecer dicho producto ( o servicio).
Ofrecer calidad no es suficiente. La calidad entendida como filosofía de trabajo, no es ya una ventaja competitiva sino tan sólo una forma de mantenerse en el mercado.
Se acabó ser mediocre, pues los mediocres compiten en el nicho de mercado de lo económico y siempre existirá alguien que pueda ofrecer lo mismo por algo menos de precio.
Pero a estas alturas ¿quién no sabe esto? La trivialidad y lo poco que aporta este texto de nuevo a los negocios se ve contrastada por lo poco que hacemos para modificarlo y ante una nueva circunstancia aplicamos métodos conocidos que funcionaron alguna vez. Un problema que he observado en las empresas de mi entorno es que algunas reaccionan al dolor inmediatamente y aplican soluciones o copian métodos de las que aparentemente sobreviven. Utilizamos los mismos gurús y mamamos de las mismas fuentes, escuchamos y utilizamos las mismas técnicas. Interesante sería ofrecer algo realmente diferente que no tenga competencia.