lunes, 18 de julio de 2011

¿Se casará Vero con el "gili" de Alberto?


 
- Tengo un cabreo José...Estoy harta, a Vero le han dado otra ayuda de 300 Eur. por no se que movida que se ha buscado. Entre unas cosas y otras la tía no da un palo al agua, se pasa todo el día en el gimnasio, de compras, en la peluquería, le va sacando el dinero a todo el mundo. Y sabes lo peor... que encima se va a casar con el "gili" de Alberto que está forrado y no le quiere ni nada, le va a sacar la pasta y le va a poner uno cuernos de órdago. Esta tía nació con estrella y yo sólo hago que esforzarme, estudiar y currar para no obtener nada de lo que deseo. Jolines, la voy a terminar odiando.
- Muy bien ¿Y que es lo que me quieres decir?
- Yo que sé... pues que yo no tengo tanta suerte.
- ¿Te cambiarías por ella?
- Pues claro que sí, desde luego...No la verdad es que no. No puedo dejar lo que estoy haciendo.

  Este viernes he compartido una reunión muy agradable con personas vinculadas con el coaching. Algunas se han dedicado de lleno a esta profesión- incluso dejando sus anteriores empleos-, otras se dedican a otras actividades que no están tan en línea con el sentido que quieren dar a sus vidas. Esperan que les surja la oportunidad ideal para realizar una transición, que posiblemente no aparezca pues tienen todo su espacio ocupado en otros objetivos.

  Cuando nuestros objetivos están claros, definidos y además se alinean con nuestros valores personales todo lo que hacemos o decimos, las personas con las que nos rodeamos, etc., en definitiva todo se encamina en esa dirección. Lo tenemos tan interiorizado que creamos un halo a nuestro alrededor que nos hace atraer ese éxito (nuestro éxito) apenas sin esfuerzo, todos nuestros actos están enmarcados en la consecución de esa meta.
   
   Ahora bien ¿Por qué nos sentimos frustrados cuando a unas personas les cuesta tan poco, tienen tanta suerte o se les ponen todas las oportunidades a su alcance y a nosotros no? Si estamos tan centrados en el trabajo, no nos quedará tiempo por ejemplo en buscar subvenciones, buscar nuevas áreas de negocio, innovación. Como en la conversación anterior: Si lo que pretende Vero es encontrar a un marido con dinero y que este se case con una chica mona y con un buen cuerpo haremos unas cosas y no otras, frecuentaremos unos lugares y no otros y tendremos una serie de amistades y contactos determinados que nos facilitaran lo que pretendemos.
  
   Es condición humana  llenar todo el espacio de nuestro tiempo y de nuestra vida. Si tenemos todo el tiempo cubierto por unas actividades/pensamientos no podremos realizar ninguna actividad/pensamiento más hasta que primero dejemos de hacer algo y creemos un espacio libre.  

   Para descubrir el sentido de tu vida, tu objetivo personal, primero debes vaciar tu mente de un montón de sentidos falsos que se te han colado en la cabeza (y se puede incluir el de que mi vida no tiene ningún sentido, que el trabajo sólo le quiero porque me proporciona dinero...).                 
   Voy a proponer un método muy simple. Cuanto menos cerrado estés al proceso y más tiempo le concedas, antes funcionará.

Los pasos son los siguientes:
1- En una hoja de papel escribirás " Cual es mi objetivo personal o mi propósito en la vida"
2- Escribes una respuesta, da igual, la primera que te venga a la cabeza, como con casi todo en la vida lo importante es empezar.
3- Sigue escribiendo una respuesta detrás de otra hasta que encuentres alguna que "te ponga", esa la subrayas. Y en algún momento aparecerá una que te haga llorar, ¡Quieto, ahí esta!
4- Haz hueco, cuanto más mejor, para llenarte de oportunidades, contactos y suerte.

   "Un maestro en artes marciales le pidió a Bruce Lee que le enseñara todo lo que sabía sobre artes marciales. Bruce levantó dos copas llenas de agua y le dijo: Una de estas copas es lo que tú sabes sobre artes marciales y la otra lo que yo sé. Si deseas llenar tu copa con mi conocimiento, primero deberás vaciar tu copa de lo que ya sabes".

  Al final Vero se casó con el "gili" de Alberto, por supuesto, lo tuvo claro de siempre y todo lo que hizo estaba encaminado a esa meta.

sábado, 2 de julio de 2011

¡"Joder que caro, 72 Donuts"!




 David se llamaba y hace más de 15 años que trabajé con él. A pesar de su sobrepeso era una de las personas más ágiles e incansables que he conocido .La razón por la que "Davizón" aparece en este post era su manera, tan particular, de interpretar el valor del dinero- por aquella época, en su primer trabajo de juventud, ese concepto aun permanecía un poco nebuloso-. Su genuina forma de interpretar el valor de las cosas me ayudará a enlazar con lo que quiero comentar hoy:

-"¿Cuánto has dicho que vale eso José?"
- "90 Eur. ( En esos tiempos serían pesetas).
- ¡"Joder que caro, 72 Donuts"!.

  Su unidad monetaria era el Donuts; " Esto cuesta tantos Donuts", "por el precio de esa maquinaria se podrían comprar tantos Donuts"... Recuerdo que todos los días yo ansiaba que llegara la hora del almuerzo para verle disfrutar ( imaginad en lo que consistía).



   Esta semana he comido con Zacarías Romero ( Coach ejecutivo y Presidente de AECOP CyL). Al igual que yo un  Friki  ( Coaching, Análisis Transaccional, Programación Neurolinguística, paradigmas...).
   Cada vez que hablamos lo hacemos a borbotones y atropelladamente.  Es escaso el tiempo que nos dedicamos, tan grande nuestra pasión por el coaching y tanto que compartir que se nos acelera el ritmo.
  Uno de los muchos temas sobre los que reflexionamos fue este:  No vemos las cosas como son, sino como somos
    

    Nosotros percibimos a través de los receptores. Y estos pueden ser exteroceptores que son los encargados de captar los estímulos físicos exteriores  y los propioceptores que son lo que lo hacen con los estímulos físicos de nuestro interior. A esa captación la llamamos sensación.
  Los estímulo son fenómenos físicos, estos son recibidos por el órgano sensorial adecuado y luego esa excitación es transmitida a la corteza cerebral y transformada en una sensación que es un fenómeno psíquico.
    La percepción es la que analiza esas sensaciones que se producen en la corteza cerebral y esa percepción depende de diversidad de parámetros.
   Entre otros muchos está el conocimiento intelectual. Añadimos a nuestra percepción lo que ya sabemos, o creemos saber del objeto. Un ejemplo del conocimiento intelectual es el tamaño de las cosas dependiendo a la distancia a la que nos encontremos de él. Un objeto se le ve pequeño si se encuentra alejado pero la percepción real de su tamaño está calculada por la experiencia que hemos adquirido intelectualmente. Podríamos decir, para los que han leído este párrafo sin prestar demasiada atención; que vemos a través de lo que ya conocemos.
   La bebida, las drogas, nuestras creencias o sentimientos limitantes, educación, sesgos arraigados actúan sobre nuestra percepción de las cosas.

   Pretendo llegar a la conclusión de que las percepciones son influidas por muchos factores que explican que los acontecimientos se perciban de diferente manera por cada persona.
   Lo más interesante es que todos solemos experimentar como verdadero e incuestionable aquello que vemos o que percibimos e incuestionable también aquello que creemos que podemos o no podemos hacer.

  Pregunta de coach: ¿Cuándo o con quién tiendes a percibir aquello que "crees" que es, y se te olvida cómo influye aquello que "eres"?

   El valor de las cosas no son Donuts, es el dinero... ¿ O tampoco es el dinero?. El valor del dinero también es una relación aprendida, no real. Quizá David estuviera en lo cierto.
   Ahora a las 7 de la mañana me apetece un Donuts, a ver de donde lo saco. Eso sí es un problema.

" Uno de los principales objetos de la educación debe ser ampliar las ventanas por las cuales vemos el mundo" (Anold H. Glasow).