miércoles, 17 de agosto de 2011

Me ha dejado mi pareja: ¿Soy un DESPOJO?



  
   Este fin de semana han sido las fiestas en muchos lugares de España. En uno de esos lugares he conocido una “peña” (a si se denomina en Castilla a un grupo de amigos que se juntan para disfrutar juntos de las fiestas de un pueblo). "Los Despojos" se hacen llamar, y a simple vista no parece que estén sufriendo en exceso. Son un grupo de amigos que han decidido transformar su “infelicidad” y la espiral de pensamientos negativos en circunstancias de diversión y felicidad. La mayoría de ellos ha pasado o está pasando por una ruptura sentimental dura. Pero eso no les ha hecho caer en un estado de depresión constante y machacón.  

   Este grupo de chicos y chicas han conseguido transformar una situación dolorosa en algo más manejable, quizá también en un aprendizaje, pues en eso consiste  la madurez, en ir aprendiendo a base de levantarse siempre después de una caída. Postulo pues que sólo nos sentimos mal cuando nuestros pensamientos nos controlan y que si hemos sido felices en algún momento sin una persona podremos serlo de nuevo después de que esa persona abandone nuestras vidas.


   La diferencia, lo que marca un cambio vital en nuestra existencia, un verdadero aprendizaje, es cuando conseguimos cambiar el que nos sucedan cosas (reacción) a provocar situaciones favorables ( acción) - este es el principio de la proactividad-. Es cuando nos damos cuenta de que lo que sentimos depende, en gran medida, de lo que pensamos, no de lo que nos está pasando. Entonces asumimos que, de verdad, podemos controlar y provocar nuestras emociones. Podemos poner “nuestra mente” a nuestro favor o en nuestra contra y sólo de nosotros depende.


   Muchas personas piensan que una vez que has descubierto “elverdaderoamordetuvida”, “elmasmuymejoramantedelmundo”, "mimedianaranja"...,  ya no puedes vivir sin ella, y, si pudieras, tampoco merecería  la pena hacerlo. Estas personas colocan el amor como algo externo a ellas, fuera de su órbita de control. Para estas personas el amor, por lo tanto la felicidad, depende de que alguien se lo facilite, se lo proporcione. De ahí surge esa impotencia o  incapacidad: “El amor no me pertenece, la felicidad tampoco, de mí sólo depende el sufrimiento… ¡Pues sufro!”.
   Es frecuente que muchas personas enfermen o se sientan morir ante el hecho de haber perdido a una persona amada, o simplemente ante una pelotera de pareja y lo viven con un desasosiego terrible. Esta infelicidad la justifican  como parte indisoluble y necesaria del amor.”Si decides tener pareja ya sabes lo que pasa, puedes ser la persona más feliz del mundo o la más desgraciada”.


   Lo importante no es lo que nos pasa, sino lo que pensamos en cada momento. El pensamiento se produce antes de  la emoción, y ese pensamiento es lo que nos hace sentir bien o mal. Lo que nos repetimos de forma constante, esas frases interiores que nos formulamos, son las responsables de nuestros estados emocionales, por lo que un pensamiento negativo traerá consigo una mala emoción o de forma contraria ver las cosas en positivo nos inducirá a una forma optimista de ver nuestra situación.

   Tampoco debemos confundir deseo con necesidad. Es lógico que deseemos que nos quieran personas importantes en nuestras vidas pero no lo necesitamos para vivir. Necesitamos comer, beber, dormir, necesidades fisiológicas, pero no necesitamos que nos quiera una persona determinada y concreta. 

   Cuando damos el poder a una persona de hacernos felices, como pasa en una relación duradera o un matrimonio, es natural que cuando se produzca una ruptura con esa persona también creamos que esta tiene el poder de hacernos infelices. No es verdad, el poder de ser o no felices lo tenemos nosotros y como en los chicos y chicas de "Los Despojos": La amistad, la diversión, el reírse de si mismos y su capacidad de poner sus cabezas - algunas bien grandes- a su servicio y no en su contra les ha hecho salir del atolladero de sus pensamientos negativos y poco a poco superar el "proceso de duelo" que un divorcio o una separación conlleva de forma inevitable.


lunes, 1 de agosto de 2011

La clave del éxito de algunas personas es...


  Ayer mi mujer tuvo un hijo. Estoy muy contento y orgulloso de los dos. En referencia al momento del parto, y como comentó uno de los papás con los que he coincidido en el hospital, pues el símil me viene muy al hilo; " Es como ver a José Tomás desde la barrera".


   Sonia ha estado trabajando hasta el mismo momento del parto y ha permanecido al tanto de su empresa en todo momento. Durante el embarazo no ha parado ni un solo día (incluidos los fines de semana) y ha afrontado los problemas y tensiones de dirigir una empresa como se debe, sin estar condicionada por su estado. No estoy diciendo que esta forma de actuar sea la correcta, Sonia ha recibido muchas críticas por ello, pero ella es así y parte de su éxito es ser como es.

   En coaching somos estudiosos del éxito y quiero trasladar una reflexión en la que voy a intentar no tomar partido para que cada cual vea lo que quiera, lo que el mismo es, o lo que necesite.

   Siguiendo con el mundo taurino:

En la Monumental de Sevilla, el mozo de espadas de Manolete viendo los terrenos en los que este estaba toreando y que el toro ya le había visto y le estaba buscando...

- Cuidado maeztro, cuidado. No ve uzte que le va a coge.

El miedo, el valor y a la tensión se podían cortar en la plaza. La tragedia formaba parte de un sistema creado entre toro, espectadores y torero. Finalmente ocurrió...

- Maeztro uzte ez la perzona que maz zabe de toros de to el mundo. ¿Uzté no vio que el toro le iba a coger?
- Pues claro que lo vi., por supuesto.
- Y entonce maeztro, ¿Por qué no se quitó uzte?
- Si me hubiera quitado yo no sería Manolete y esa gente que está en la plaza a venido a ver a Manolete.