domingo, 14 de octubre de 2012

La Lecherita. Planificación estratégica incierta.




                                     

Todos sabemos lo que la pasó a la pobre lechera. Para el que no lo sepa, se dice de ella:

“Tuvo que imaginarse otro futuro distinto, ¿porqué no hizo lo qua la mandaron?”.
“Tenía que llevar la leche de un sitio a otro, como siempre, no se la pagaba por pensar y esas son las consecuencias”
"Era normal, no estaba preparada, carecía de formación. He oído que también bebía".
"¿Qué se había pensado, que era más que nadie?"

   Y muchas cosas más, ninguna buena. Todo el mundo la ha puesto  a caer de un burro (y eso que a esta mujer lo de caer la debe sentar a leches).

   Nadie ha valorado que era una visionaria, una emprendedora. En este país el fracaso te marca para los restos

   Su planificación estratégica era inmejorable pero cuando el futuro, como en los momentos actuales, es incierto, esos enfoques tradicionales sobre estrategia pueden ser claramente peligrosos. Debemos compaginar una buena planificación con el manejo de la incertidumbre.

   A los directivos o empresarios, incluso a los políticos ¿qué les ocupa? La restructuración y la reingeniería (los recortes). Aunque ambas son tareas legítimas, tienen más que ver con el apuntalamiento de las actividades actuales que con la creación de sectores de futuro.  La restructuración trata de poner en orden los errores del pasado y la reingeniería el ponerse al nivel de los competidores.

   La creación del futuro, requiere previsión dado que el cambio es inevitable. Con mucha frecuencia, esta reflexión  se produce cuando el éxito presente se ha visto reducido. Para colocarse a la cabeza de cualquier sector la atención debe centrarse en la oportunidad de competir por el futuro y con ello aprender a convivir con el manejo de las cosas inciertas y no seguras.

   Como sucede en la historia de la lechera los negocios son un juego de apuestas muy altas y la estrategia empresarial que consigue el éxito, o el mayor de los fracasos, consiste en dar forma activa a la incertidumbre de las apuestas del futuro y no sólo en continuar dando forma a lo que nos encontramos ya funcionando.

1 comentario:


  1. Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. "Como esta leche es muy buena", se decía, "dará mucha nata. Batiré muy bien la nata hasta que se convierta en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán muy bien en el mercado. Con el dinero, me compraré un canasto de huevos y, en cuatro días, tendré la granja llena de pollitos, que se pasarán el verano piando en el corral. Cuando empiecen a crecer, los venderé a buen precio, y con el dinero que saque me compraré un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura. Cuando lo vean, todas las chicas del pueblo se morirán de envidia. Me lo pondré el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero querrá bailar conmigo al verme tan guapa. Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras. Esperaré a que me lo pida varias veces y, al principio, le diré que no con la cabeza. Eso es, le diré que no: "¡así! "

    La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así que la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había incitado a soñar.
    ¿Cuál era el verdadero propósito de la lechera?...Bailar con el hijo del molinero….
    El verdadero problema no era que se haya derramado la leche, sino su falta de formación empresarial….El tiempo que estuviera batiendo..¿quien lo introduce en gastos?.... y otro problema que se encontraría seria la de poder alimentar a los pollitos hasta que crezca…
    El precio de un articulo no es el que yo quiera proponer, sino es el mercado quien lo impone, ¿me llegaría para comprar el vestido?... y en el caso de haber comprado el vestido…¿no es un pasivo?...total, de mente emprendedora nada de nada, mas bien un propósito que una empresa… y es donde radica realmente nuestra actual sistema…tenemos propósitos pero no tenemos educación empresarial…tan solo hemos tenido épocas de cambio…va siendo hora de tener un cambio de época….
    Me alegro de volver a leerte…Un saludo

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