Todos sabemos lo que la pasó a la
pobre lechera. Para el que no lo sepa, se dice de ella:
“Tuvo que imaginarse otro futuro
distinto, ¿porqué no hizo lo qua la mandaron?”.
“Tenía que llevar la leche de un
sitio a otro, como siempre, no se la pagaba por pensar y esas son las
consecuencias”
"Era normal, no estaba
preparada, carecía de formación. He oído que también bebía".
"¿Qué se había pensado, que
era más que nadie?"
Y muchas cosas más, ninguna
buena. Todo el mundo la ha puesto a caer
de un burro (y eso que a esta mujer lo de caer la debe sentar a leches).
Nadie ha valorado que era una
visionaria, una emprendedora. En este país el fracaso te marca para los restos
Su planificación estratégica era
inmejorable pero cuando el futuro, como en los momentos actuales, es incierto,
esos enfoques tradicionales sobre estrategia pueden ser claramente peligrosos.
Debemos compaginar una buena planificación con el manejo de la incertidumbre.
A los directivos o empresarios,
incluso a los políticos ¿qué les ocupa? La restructuración y la reingeniería (los
recortes). Aunque ambas son tareas legítimas, tienen más que ver con el
apuntalamiento de las actividades actuales que con la creación de sectores de
futuro. La restructuración trata de
poner en orden los errores del pasado y la reingeniería el ponerse al nivel de
los competidores.
La creación del futuro, requiere
previsión dado que el cambio es inevitable. Con mucha frecuencia, esta
reflexión se produce cuando el éxito
presente se ha visto reducido. Para colocarse a la cabeza de cualquier sector
la atención debe centrarse en la oportunidad de competir por el futuro y con
ello aprender a convivir con el manejo de las cosas inciertas y no seguras.
Como sucede en la historia de la
lechera los negocios son un juego de apuestas muy altas y la estrategia
empresarial que consigue el éxito, o el mayor de los fracasos, consiste en dar
forma activa a la incertidumbre de las apuestas del futuro y no sólo en continuar
dando forma a lo que nos encontramos ya funcionando.
Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. "Como esta leche es muy buena", se decía, "dará mucha nata. Batiré muy bien la nata hasta que se convierta en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán muy bien en el mercado. Con el dinero, me compraré un canasto de huevos y, en cuatro días, tendré la granja llena de pollitos, que se pasarán el verano piando en el corral. Cuando empiecen a crecer, los venderé a buen precio, y con el dinero que saque me compraré un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura. Cuando lo vean, todas las chicas del pueblo se morirán de envidia. Me lo pondré el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero querrá bailar conmigo al verme tan guapa. Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras. Esperaré a que me lo pida varias veces y, al principio, le diré que no con la cabeza. Eso es, le diré que no: "¡así! "
La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así que la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había incitado a soñar.
¿Cuál era el verdadero propósito de la lechera?...Bailar con el hijo del molinero….
El verdadero problema no era que se haya derramado la leche, sino su falta de formación empresarial….El tiempo que estuviera batiendo..¿quien lo introduce en gastos?.... y otro problema que se encontraría seria la de poder alimentar a los pollitos hasta que crezca…
El precio de un articulo no es el que yo quiera proponer, sino es el mercado quien lo impone, ¿me llegaría para comprar el vestido?... y en el caso de haber comprado el vestido…¿no es un pasivo?...total, de mente emprendedora nada de nada, mas bien un propósito que una empresa… y es donde radica realmente nuestra actual sistema…tenemos propósitos pero no tenemos educación empresarial…tan solo hemos tenido épocas de cambio…va siendo hora de tener un cambio de época….
Me alegro de volver a leerte…Un saludo