sábado, 29 de octubre de 2011

El nacimiento de mi Hija por Félix Alberto Sanz



Foro Ulises de Recursos Humanos de la Cámara de Comercio de Valladolid




El 16 de Julio de este año nació Luna, mi hija. Mucha gente dice que el nacimiento de sus hijos es el momento más bonito de su vida, no es mi caso. Os contaré porqué…

…resumiendo mucho os diré que María José, mi mujer, rompió aguas un jueves a las 4 de la tarde y Luna nació el sábado a las 7 y media de la mañana, un mes antes de lo previsto. Qué pasó en esas horas tampoco viene a cuento ahora. Lo que sí os quiero contar fueron los 5 minutos previos y los 15 siguientes (aunque a mí me parecieron 15 horas) a que la niña saliera a la luz.

En el paritorio, sin contarnos a nosotros, los padres, habría unas 6 ó 7 personas. Todo era buen ambiente, muchas y buenas palabras y una aparente alegría hasta que el parto comenzó. Momentos antes de comenzar, la matrona le preguntó a la madre si quería a la niña sobre ella nada más nacer, la respuesta –no podía ser de otra manera- fue que sí.
El clásico alboroto del momento del parto de repente se frenó en seco y esas personas que no paraban de hablar, de animar, de sonreír, de… de repente se callaron cuando la niña salió del cuerpo de su madre. Yo, agarrándole la mano, vi extrañas miradas que se cruzaban y un silencio incómodo se adueñaba de la escena. A la niña no la oímos llorar y en lugar de posarla sobre su madre se la llevaron sin más a una incubadora. Nadie nos decía nada.

María José tumbada en la cama no podía ver nada de lo que pasaba y no dejaba de preguntarme “¿porqué no la oigo llorar? ¿Por qué se la han llevado? ¿Qué le pasa?” Y yo, de pie, viendo lo que estaba pasando pero sin entender tampoco nada no sabía que responderle, sólo le decía “La veo moverse así que estate tranquila, la médico está haciendo su trabajo y seguro que lo hace de maravilla, vamos a estar nosotros tranquilos para que ella pueda hacer su trabajo lo mejor que sepa” (creo que es el momento en el que más orgulloso estoy de cómo me he comportado en toda mi vida).

La médico, una pediatra residente, hacía su trabajo pero no nos decía ABSOLUTAMENTE NADA a pesar de estar a escasos 2 metros de nosotros y de escuchar sus preguntas y mis respuestas.
En ese rato nadie decía nada -e incluso alguna persona salió de la habitación-. Bueno sí, María José no dejaba de preguntarme “¿Pero qué le pasa? ¿Está bien? ¿Por qué no la oigo? ¿Porqué no me dicen nada?” Y yo que no dejaba de responder lo mismo“estate tranquila que sí se mueve y seguramente le cueste respirar al ser prematura y le están ayudando a que lo haga” (mi respuesta, claro está, desde el total desconocimiento de lo que sucedía).
Tras un tiempo intentándola reanimar (o lo que estuviera haciendo) llamó por un teléfono interno a la Pediatra Adjunto para que viniera con un "¿puedes venir a ayudarme?" de lo más "tranquilizador"

Cuando por fin vino la Medico Adjunta se pudo manos a la obra con lo que su compañera estaba haciendo y mientras tanto nos dijo: “Estaros tranquilos, la niña ha nacido con dificultad respiratoria y por eso la estamos poniendo una mascarilla. Además ha nacido muy pálida y le cuesta adaptarse al medio y tenemos que bajarla a cuidados de neonatos para que esté mejor cuidada, ha pasado un momento complicado pero parece que va mejorando”. La metió en una incubadora móvil y se la llevaron.
La siguiente media hora, hasta que pude bajar a verla, creo que ha sido la más larga de toda mi vida.
A las pocas horas Luna ya estaba divinamente fuera de la incubadora, aunque tuvo que quedarse aún unos días en observación.

Yo, horas después, mientras recordaba todo, no dejaba de unir aquel suceso tan importante en mi vida con mi profesión.
Tuvimos un equipo maravilloso desde el punto de vista “técnico” pero lamentable en cuanto a habilidades comunicativas y con una inteligencia emocional que rozaba los mínimos exigidos a un profesional. Es cierto que sus labores técnicas las hicieron a la perfección y así se lo agradezco, pero no es menos cierto también que crearon una situación realmente desagradable por no ser capaces de ponerse en nuestro lugar (en especial el de la madre) y no facilitarnos información.

Y de ahí empecé a divagar (como hago ahora) y me surgieron dos reflexiones:

La primera es la necesidad que tienen muchas carreras de formar a sus alumnos en competencias transversales, fundamentales para su desarrollo profesional y no lo hacen. O en la necesidad que tienen muchos profesionales de formarse en aspectos “no específicos de su labor” para desempeñar mucho mejor su profesión. Porque ¿Cuánto de “empatía” o de “trabajo en equipo”, por poner dos ejemplos, necesita un médico o un enfermero? ¿Cuánto de liderazgo o de gestión del estrés, por poner otros dos, necesita un ingeniero? ¿Cuánto de escucha activa o de asertividad necesita un abogado?... Y ¿cuánto se les forma sobre ello?

Es más, si vamos un paso más atrás, ¿porqué no se educa a los niños y adolescentes en algo que no sólo les va a valer para trabajar mejor sino para vivir mejor como es desarrollar su Inteligencia Emocional?

La otra reflexión que me vino es la importancia de compartir la información con los que tenemos cerca, para 127134834 cosas diferentes, una de ellas, no generar uno de los estados emocionales más dañinos para el ser humano, la incertidumbre.

Pero bueno, a lo importante (al menos para mí), esa mañana del 16 de Julio nunca la recordaré como el momento más bonito de mi vida, pero sin dudarlo sí fue el momento más importante de la misma.
Ah y a día de hoy Luna está preciosa.


P.D. Sé que alguno puede pensar que lo realmente importante, que la niña viviera y estuviera sana, se cumplió. Es así y así lo agradeceré siempre, pero no es menos cierto que, como decía al comenzar, a mí me gustaría haber recordado ese día con un poco menos de tensión. Que digo yo que también es importante.


Félix Alberto Sanz

2 comentarios:

  1. Muy importante como tu dices, la comunicación. Yo como madre me pongo en vuestra piel y se me ponen los pelos de punta, en mi caso ese día entendi que además de mujer era un animal hembra, por una reacción irracional que tuve en defensa de mi cachorro. En mi caso todos los profesionales que estaban conmigo, no paraban de comentar los problemas que estaba teniendo el el parto una compañera suya, que en ese momento estaba pariendo en el quirofano de al lado, hasta que alguien se dio cuenta de yo estaba alli y callaron, menos mal que estaba mi marido dandome la mano, que para mi fue lo que más fueza me dio. Si lo piensas bien fue muy bonito y fantastico que estuvieses alli para escuchar y contestar a Mª JOsé, te puedes imaginar lo que hubiese sido para ella si no llegas a estar ahí. Felicidades de nuevo por todo lo vivido haya tenido final feliz

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  2. Loren Alvarez Martinez
    hola Jose, no he querido publicar mi comentario hasta lo hayais leido, puede que no este de acuerdo con mi forma de pensar, pero es lo que mi experiencia me dicta...te lo envio y me gustaría enviarselo a tu compañero Felix




    Hola Felix, ante todo, darte mi mas enhorabuena por el nacimiento de tu hija…

    Yo personalmente sé de lo que estas comentando. Mi hija dio a luz un día 1 de Mayo un precioso niño, un parto sin complicaciones (aparentemente), pero con una futura mama muy joven, (excesivamente joven), y después de 10 horas de parto, apareció una subida de tensión y de azúcar, nos dijeron que estaba empeorando pero que no podían hacer nada de momento por el protocolo, y por ser menor de edad fui el que entro en el paritorio y estuvo con ella.
    Yo no entendía nada, si estaba empeorando ¿Por qué no le realizan una cesaría?,
    Como tu, intentaba calmar toda la situación incluido la mía propia, al cabo del tiempo y de muchas miradas frías hacia las matronas, actuaron (no creo que fuera mis miradas sino por el protocolo), y la intervino.
    Después de 12 horas una niña de 17 años, empujando, y al final acaba con una cesaría, estábamos destrozado. El niño subió a la habitación, perfecto, pero yo estuve mas de dos horas en la puerta del quirófano, hasta que primero salio el cirujano, con el que le pregunte por el estado de mi hija, y me contesto que subiría sobre las 12 a ver su estado, y se fue.
    Salio mi hija y la acompañe a su habitación, tres días mas tarde salimos del hospital.

    Te cuento todo esto Felix, por que sigo pensando que la actitud de un profesional de la medicina y sobre todo, cirugía, es muy arriesgado dar opinión en el momento, en caso de una atención principal como ha sido tu caso, no hay tiempo de ser empaticos, ni de tranquilizar a nadie estamos hablando de personas, estamos hablando de lo unico mas importante que existe…mucho mas que nuestros trabajos y bienestar, es lo unico que nos empuja a seguir hacia delante, la vida humana no creo comparar con una junta o con un seminario. Soy un profesional de la peluqueria, y creeme, antes de realizar cualquier labor, asesoro, observo, planifico, y mis mensajes los canalizo sistemáticamente, pero jamas intentare comparar con la actuación de unos profesionales que se dedican a salvar vidas…Que seas muy feliz y lo disfrutes como lo hago yo con mi nieto..un saludo.

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